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viernes, 7 de octubre de 2011

Steve Jobs, piensa diferente


No pensé que me llegaría tanto la muerte de alguien no cercano a mí... pero tampoco puedo decir lejano cuando estoy escribiendo justo en un producto hecho por él... no puedo concebir un día en mi vida que no tenga algo conmigo que haya sido influencia de este maestro.

Recuerdo la primera Mac que tuve en casa, en 1995 quizá, era una Performa con el sistema 8.6... un aparato para el que no había que ser genio para disfrutarlo. Esta era una Apple no hija directa de Jobs, pero si hija la compañía mantuvo siempre la esencia con que había nacido y se notaba muchos de los principios de su fundador. Antes de esta sólo había visto de lejos a las famosas Apple II y Apple Color con su característico diseño con todo integrado y que era recordado en ícono cuando iniciaba el sistema. Pero esos cacharros siempre sonaron como artilugios de gente exclusiva, de profesionales de diseño, no parecía que cualquiera pudiera convivir con Apple en casa, pero quien era dueño de uno de estos no dejaba de hablarte con pasión de lo que poseía... seguro todos nos hemos topado con esta gente años después... seguro te has topado conmigo. De esa Performance, que me dejo ver los primeros años del internet, luego la iMac que me acompañó en muchos trabajos universitarios, de mi primer ipod donde podía llevar cantidad de música que no creía...cada año esperaba con mas ganas la presentación de aquel sujeto de ropa informal para conocer "que necesidad me creaba"de su ingenio... de ahí nació para mi hasta hoy, y seguro que por muchos años más, la pasión de tener un Apple, mi gran herramienta de mil trabajos hechos y por hacer, de entretenimiento, de comunicación, de archivo, donde grabo mis propias canciones, donde investigo, donde me molesto y me alegro...

Pero que hoy, aún el que simplemente tiene un PC le debe algo Jobs, el que escucha música en cualquier mp3 portátil, aquel usa como reproductor de música su portátil, que hace miles de click en su ratón brincado de ventana en ventada y luego con un dedo desliza alguna función de su teléfono móvil y la contrasta con lo que ha leído en la tableta del compañero. El otro que tiene la cabeza puesta en una nube y que piensa que todo puede ser simple y bonito, luego de reír un rato viendo juguetes llevando aventuras de película por un amigo fiel... pues todos ellos, todos nosotros, que hemos hecho algo de esto, hemos disfrutado un poco cada día del genio de Jobs.

Entonces, ¿cómo no voy a sentir una perdida con la ida de este señor que tanto participa en mi vida? A este personaje hippie de espíritu que tanto le gustaban los Beatles como a mi, no puedo dejar de dedicarle un espacio en mi blog que, gracias a todo lo que aportó él, hoy puedo sentarme a escribirle un pequeño recuerdo de mi parte y en un simple click, marcado en un ícono de mi Mac, compartirlo con todos ustedes.

¡Grande Steve, hoy puedo decir que viví al mismo tiempo que un genio creaba y lo disfruté!